Descripción

La importancia del apoyo nutricional en la unidad de cuidados intensivos (UCI) es indudable a la luz de la evidencia actual y emergente. Los pacientes críticos muestran una respuesta metabólica frente a la agresión (sepsis, gran quemado, politraumatismos, posquirúrgico, entre otros) que se caracteriza por un incremento del gasto calórico, por la movilización de los carbohidratos y de los depósitos de lípidos y por el catabolismo de las proteínas, que resulta en pérdida de masa corporal magra. Esta respuesta a la agresión, denominada estrés metabólico, tiene la finalidad de asegurar niveles suficientes de sustratos circulantes en ausencia de ingesta, aunque conduce a la aparición de una serie de trastornos que incrementa la morbilidad y la mortalidad del paciente crítico dependiendo de su duración e intensidad. El soporte nutricional precoz y específico, especialmente si se administra por vía enteral, detiene la respuesta hipercatabólica reviniendo así la desnutrición y sus efectos negativos, por lo que desempeña un papel clave en la efectividad del tratamiento y en la recuperación del paciente crítico.

Todos los pacientes ingresados en la UCI deben tener una evaluación nutricional y, si es posible, recibir nutrición enteral en las primeras 24 a 48 horas de la admisión. Además, la nutrición enteral precoz proporciona protección contra la infección y mantiene la integridad del sistema gastrointestinal. Existen también indicaciones de nutrición parenteral y fórmulas especializadas; sin embargo, el uso rutinario de cualquiera de estas terapias debe valorarse bien. Todos los pacientes que reciben apoyo nutricional deben ser adecuadamente monitorizados ante las probables complicaciones asociadas con la terapia.